En 1808 Napoleón Bonaparte invadió Europa y tomó prisionero a Fernando VII y puso en su lugar a su hermano José “Pepe Botella” Bonaparte. Ante esto, en las colonias de América y Chile empezaron a formarse bandos y se separaron entre los realistas, quienes querían permanecer fieles al rey y los patriotas, quienes, si bien eran fieles al soberano español, reconocían la necesidad de formar un gobierno propio al menos mientras el rey estuviera prisionero.
Este nuevo bando de los Patriotas no le gustó al gobernador del momento García Carrasco quien capturó y exilió a tres conocidos vecinos de Santiago por “incitar a la rebeldía”, lo que encendió aún más los ánimos de los chilenos que veían el auto gobernarse cada vez más como una opción válida.
Las manifestaciones en la Plaza Mayor (actual Plaza de Armas) contra el gobierno de García Carrasco y la aparición del rebelde por naturaleza, Manuel Rodriguez, lograron en 1810 la dimisión del gobernador quien fue reemplazado por Mateo de Toro y Zambrano, un veterano militar a quien lograron convencer de realizar un cabildo abierto invitando a todos los vecinos de la entonces pequeña ciudad.
En la mañana del 18 de septiembre de 1810, se juntaron en el ex Congreso Nacional cerca de 400 ciudadanos de Santiago a celebrar el cabildo abierto. Si bien se discutía el gobernarse ellos mismos, cada discurso e intervención empezaba declarando lealtad al Rey Fernando VII. Los miembros de la naciente Junta de Gobierno fueron elegidos cuidadosamente para representar a la mayor cantidad de ciudadanos quedando Mateo de Toro y Zambrano como presidente y representante del rey, el obispo José Antonio Martinez Aldunate como vicepresidente y representante de la iglesia, Fernando Márquez de la Plata como primer vocal representando a los europeos, Juan Martínez de Rosas como segundo vocal representando a la aristocracia de Concepción e Ignacio de la Carrera, padre de los hermanos Carrera, como tercer vocal representando a los aristócratas de Santiago.
Este primer cabildo y Junta de Gobierno dio inicio al proceso de Independencia chileno que duraría los próximos 8 años hasta el 12 de febrero de 1818 cuando se firma el acta de Independencia. Celebramos esta fecha porque es la primera vez que el control del país no estaba en manos de la corona española, lo que dio paso más adelante al llamado a elecciones para un primer Congreso Nacional, los primeros símbolos patrios y el primer periódico nacional durante el gobierno de José Miguel Carrera, entre muchos más.