Cleopatra VII, fue la última reina de Egipto y con ella también terminó la conocida dinastía Ptolemaica y la era Helenística de Egipto, que comenzó con el general de Alejandro Magno, Ptolomeo I Sóter, casi 200 años antes. A los 11 años, Cleopatra tuvo que huir a Roma con su padre para escapar de su hermanastra que había matado a su madre y marido en pos de conseguir el trono.
Cleopatra juró regresar y comenzó a buscar a los mejores aliados para su causa. El primero de ellos fue Julio César. Logró juntar un gran ejército y volvió a Egipto. Tras la muerte de su padre, no quiso arriesgarse a que le quitaran el trono de nuevo y se casó con su hermano Ptolomeo XIII. Al tiempo se enteró que su marido/hermano quería matarla y nuevamente tuvo que arrancar de Egipto, esta vez a Siria. Julio César juró ayudarla y empezaron una guerra civil en Egipto para poner a Cleopatra en su trono. Esto le valió a Julio César la desaprobación de Roma y la muerte a manos del propio senado que había jurado protegerlo.
Marco Antonio era sobrino de Julio César y tras la muerte de su tío, luchó contra Octavio Augusto por el poder, resultando vencedor en la batalla de Filipos. Sin embargo, no estaba contento con el comportamiento de la reina de Egipto por la poca lealtad que mostró con Roma al no haberlo apoyado durante la guerra y pidió que ella fuera a conocerlo. Así fue como se conocieron Marco Antonio y Cleopatra, cuando la mujer acudió al llamado con el objetivo de conquistarlo, pues lo consideraba el sucesor natural de Julio César.
Marco Antonio cayó rendido ante la belleza y el encanto de Cleopatra y juntos formaron una pareja que hizo que Egipto viviera su edad dorada. Después de cuatro días de negociaciones, Marco Antonio, completamente enamorado, dejó sus obligaciones tanto familiares, políticas y militares, para vivir con Cleopatra en Egipto. Esto lo llevó a ser declarado enemigo de Roma por el sucesor de Julio César, Octavio Augusto.
La relación de la pareja estuvo plagada de rupturas, reconciliaciones y luchas por el poder y el control, obviamente ambos eran muy políticos. Marco Antonio en un momento incluso tuvo que regresar a Roma para casarse con Octavia (la hermana de Octavio Augusto) para hacer las paces con el emperador. Pero el Marco Antonio nunca pudo olvidar a su amor. Pasados cuatro años, abandonó nuevamente a su familia y regresó a Egipto para casarse con Cleopatra.
Pero el final de esta historia fue muy trágico. Octavio Augusto persiguió a Marco Antonio hasta Egipto en la llamada guerra Ptolemaica donde lo derrotó en la batalla naval de Actium. Entre todos los problemas, Marco Antonio recibió la falsa noticia de que su amada Cleopatra había muerto y por esto decidió quitarse la vida enterrándose su propia espada. Cuando Cleopatra se enteró de esto y de que Octavio quería llevarla a Roma como botín de guerra, primero intentó conquistar al romano. Pero según dicen, a Octavio no le gustaba la nariz de ella. Eso hizo famosa la frase “Si la nariz de Cleopatra hubiese sido más corta, la historia del mundo habría cambiado”.
Al no poder conquistar a Octavio, Cleopatra se negó a ser llevada de esclava a Roma y se quitó la vida cumpliendo con el ritual egipcio de hacerse morder por un áspid (una cobra egipcia).