Construido en honor al presidente de Alemania Paul Von Hindenburg, el dirigible fue fabricado completamente de duraluminio, un material consistente en una aleación de aluminio, cobre, magnesio, manganeso y silicio. Tuvo un tamaño de 245 metros de largo por 41 de diámetro con una capacidad de 200.000 metros cúbicos de gas y una velocidad de 135 km por hora.
Durante su primer año de vuelos, el Hindenburg recorrió 308.000 km, cruzando diecisiete veces el atlántico hacia y desde Estados Unidos. Era algo majestuoso que el régimen nazi no tardó en apropiarse y en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936 se organizó un vuelo sobre el estadio justo cuando Adolf Hitler hacía acto de presencia.
La construcción del Titanic del aire no fue facil, estaba diseñado para contener helio, pero Estados Unidos tenía todas las reservas de este gas y no estaba dispuesto a venderle a los Nazi, por lo que los alemanes tuvieron que cambiar el gas a Hidrógeno, esto fue probablemente, la causa de su desastroso final.
El 6 de mayo de 1937, había una noche de tormenta, el Hindenburg comenzaba su aterrizaje en Nueva Jersey la cual siempre era muy complicada y peligrosa. Los tripulantes lanzaban cuerdas a tierra para ser sujetadas por el personal de tierra para ayudar en el aterrizaje, pero a menudo las cuerdas se elevaban y con ella los operarios de tierra, causando lesiones o muchas veces, muertes. A las 19:25, alguien observó una chispa en la proa del dirigible, no hubo tiempo de reacción, en cuarenta segundos el fuego se extendió por la nave y cayó a tierra convertida en una bola de fuego. De las 97 personas que viajaban en el dirigible murieron 13 pasajeros y 22 tripulantes.
La tragedia dejó varias teorías, la más aceptada fue una chispa de electricidad estática provocada por un rayo. Otra teoría apunta a sabotaje, según el FBI, el ingeniero alemán Eric Spehl, cuya novia comunista no simpatizaba con el régimen nazi, y también al acróbata Joseph Spa, que también odiaba a los nazis. La tercera y última teoría habla de un suicidio, se encontró una pistola Luger entre los restos del zepelín, y, curiosamente, le faltaba una bala.