Después de titularse de arquitecto, viajó a París, Francia pero al poco tiempo abandonó la arquitectura para dedicarse a la pintura. En 1937 conoció en Londres a Federico García Lorca y Salvador Dalí.
Cuando empezó la segunda guerra mundial se mudó a Estados Unidos donde realizó su primera exposición individual y sus obras tomaron relevancia. El Vértigo de Eros por ejemplo, fue adquirido por el Museo de Arte Metropolitano (link) y con sus otras obras como La tierra es un hombre, El día es un atentado o El onix de electra, alcanzó renombre mundial.
Hacia el final de la guerra, sus obras tenían imágenes cada vez más terroríficas. Empezaron a aparecer las torturadas criaturas humanoides, Pequeños seres monstruosos, mitad hombre y mitad máquina, realizan sobre el lienzo su pantomima grotesca. Su sentido profundo es la crítica, llevada hasta la parodia, de la irracionalidad de la tecnología y de la sociedad moderna.
Fue expulsado del grupo surrealista y excluido de la Escuela de Nueva York y se mudó a Roma. En 1950 empezó a tener más conciencia política y denunció en sus obras la tortura, la injusticia y la guerra de Vietnam. En 1970 regresó a Chile invitado por Salvador Allende y trabajó en los murales colectivos de la Brigada Ramona Parra. En 1973 participó en una exposición en Bolonia en protesta contra la dictadura de Pinochet con la obra La Vida, Allende, la muerte.
En 1991 inauguró en El Salvador su Mural alegórico al descubrimiento de América, dentro del marco de conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América. Entre los reconocimientos que recibió se encuentran la Medalla de Oro de las Bellas Artes Españolas (1985); el Premio Príncipe de Asturias (1992), en España; el Premio Herbert Baeckl (1992), en Austria, y el Premio Nacional de Arte (1990)
Fuente Video YouTube: https://www.youtube.com/@tvunam