Frédéric Chopin nació en Polonia en 1810, como hijo de un maestro francés emigrado al país. Desde muy pequeño fue niño prodigio, sorprendiendo a todos con su talento para el piano, por esos años datan también sus primeras composiciones.
Que el piano sea el instrumento por excelencia del romanticismo se debe en gran parte a él, estudió con pianistas como Wojciech Zywny y luego con Jozef Elsner, estos estudios le valieron una sólida base teórica y técnica a su talento y desde 1829 comenzó una carrera profesional como solista con una serie de conciertos en Viena.
Cuando fracasó la revolución polaca contra rusa, fue exiliado a Francia donde su fama como compositor y pianista alcanzó niveles internacionales, aquí conoció a algunos de los más grandes compositores de su tiempo como Berlioz, Rossini, Luigi Cherubini y Vincenzo Bellini. En 1836 conoció a la escritora George Sand la que sería uno de los grandes amores de su vida, pero que terminarían separándose en 1847 cuando Chopin ya se encontraba gravemente afectado por la tuberculosis, enfermedad que terminaría por matarlo dos años después. En 1848 realizó una última gira por Inglaterra y Escocia con un extraordinario éxito.
La obra de Chopin está hecha para su instrumento que más lo hizo destacar, el piano. Sin embargo, su música no es solo un lucimiento de su talento en ese instrumento, en sus composiciones se puede encontrar mucho del clasicismo de Beethoven, Mozart y también algo de Bach.
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