La pregunta que se hace el detective Heredia en ‘Los asuntos del prójimo’ es ¿qué une a una universitaria acosada por sus profesores, con los estudios sobre la religiosidad popular para titularse? Sin más antecedentes que un cadáver y una lista de libros prestados, Heredia debe inmiscuirse en una historia que involucra femicidios, venganza y robos.
Hemos seguido las historias de Heredia en la novela negra, desde 1987. Conocemos su escepticismo, su nostalgia, sus investigaciones, siempre en los barrios de Santiago de Chile como parte de la historia. Y en esta oportunidad, en la décimo octava entrega de la más larga serie narrativa policial escrita en Chile, el autor Díaz Eterovic nos cuenta un nuevo caso que el detective Heredia – su clásico protagonista – tiene que resolver. Fantasmas del pasado regresan. Personas que el tiempo y el olvido habían borrado, pero el regreso de Griseta, un antiguo amor, transforma todo. El mundo de Heredia continúa relacionándose sobre la lucha del pequeño versus el gigante. El poder de la iglesia y cómo sus integrantes lo usan es el centro de las acciones.
Con Los asuntos del prójimo Ramón Díaz Eterovic ratifica una vez más que es uno de los exponentes del género policial más importantes de nuestra lengua.