Así de mágica es la naturaleza que, unida a la creatividad y la tecnología, logra transformarse en sonido para la música pueda ser interpretada.
El agua que fluye a través de árboles y plantas genera un pulso eléctrico. Gracias a un dispositivo tecnológico que capta esos pulsos, pueden ser convertidos en notas musicales para luego ser transformadas en sonido y música. Los pulsos no pueden escucharse con el oído humano, pero sí pueden ser capturados con este instrumento.