En el siglo III, en la ciudad turca de Patara, nació Nicolás de Bari, un obispo del que se dice fue el primer Viejito Pascuero. Después de la muerte de sus padres, Nicolás de Bari repartió a las personas más necesitadas todas sus posesiones. Tanto era lo que ayudaba, especialmente a los niños, que era conocido como episcopus puerorum (el obispo de los niños).
Nicolás de Bari murió el 6 de diciembre del año 345 y al ser una fecha cercana a la Navidad, se decidió que era el santo y figura ideal para el reparto de regalos y dulces a los más pequeños este día. Durante el siglo XII creció aún más la tradición de San Nicolás en Europa y en el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron esta costumbre a Estados Unidos.
El nombre “Santa Claus” se creó a partir del nombre en alemán Sankt Nikolaus y fue por un anuncio comercial de la empresa Lomen Company donde se mostró por primera vez y empezó a popularizarse que el Viejito Pascuero vivía en el Polo Norte y que su medio de transporte era un trineo llevado por renos mágicos.
La tradición del Viejito Pascuero sigue haciendo nuestras Navidades mágicas y especiales y para que esto siga traspasando generaciones, es importante contarle a los niños que la magia de la Navidad es real y que vivan con esta ilusión.